martes, 3 de noviembre de 2015

Parque Nacional Los Cardones, Jujuy.



Yo, la mentira

            Admiro a la gente que hace las cosas por naturaleza, sin fingir ni embaucar. Me encantaría tener ese don y hacer lo mismo, pero siempre hay algo que me lo impide. Es más fuerte que mi propio ser. Necesito mentir, inventar, divagar, estafar.
            Quisiera poseer esa mente surreal del poeta que ve todo más claro con los ojos cerrados. Quisiera poder abrir la ventana y en vez de ver la casa del vecino, ver un horizonte plagado de soles, nubes, cielos de colores y plantaciones de niños, acunados por las hojas y amamantados por sus brotes. Quisiera oír una sinfonía barroca cada vez que pasa el tren cerca de la estación. Quisiera oler a lavandas recién cortadas cada vez que mi perro defeca en el suelo. Quisiera no tener suelo y levitar, volar como un pájaro, pero ni eso. Hasta un simple y estúpido pájaro es más surreal que yo.
            Puedo escribirlo, pero no sentirlo. Soy una mentira. Soy la mentira. Sólo puedo asegurar que digo la verdad cuando miento.

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